Thursday 28 February 2019

La Gestión de Activos Físicos como herramienta para la Inversión en Valor



 La Inversión en Valor, más conocida como Value investing, es la estrategia de invertir en acciones que cotizan por debajo de su valor intrínseco, es decir, el objetivo de un inversor Value encontrar empresas que considera que tienen un valor de cotización por debajo de su valor intríseco, con la esperanza de que este valor de cotización aumente hasta igualarse con el intrínseco.

 Por lo tanto, esta estimación del valor intrínseco es clave a la hora de seleccionar las empresas en las que invertir, dada la dificultad de su cálculo y la incertidumbre de los sectores económicos los inversores deben aplicar un coeficiente de seguridad que distorsiona el proceso.






 La valoración de las empresas se realiza, principalmente, considerando indicadores como Ratio Precio - Beneficio (P/E ratio), Ratio Precio - Valor Contable (P/B ratio), Ratio Deuda - Patrimonio (D/E ratio), Flujo de Efectivo Libre (FCF), Ratio Precio - Beneficio a Crecimiento (PEG ratio).


 Además de esto se debe considerar que esta estrategia de inversión está basada en el largo plazo, por lo que una buena gestión por parte del equipo directivo añadirá valor al inersor, mientras que una mala gestión lo destruirá, independientemente de los valores iniciales de los indicadores evaluados.


¿Y la Gestión de los Activos Físicos?


 Una correcta gestión de activos físicos tiene como función principal coordinar las actividades de una organización para obtener valor de los activos físicos, es decir, que estos activos deben ser capaces de generar valor, ya sea por su uso, propiedad o custodia.


 Pero además, estos activos tienen un valor intrínseco, que se puede determinar como su valor de venta en un momento dado, una gestión correcta será capaz de mantener e, incluso, aumentar este valor.


 La gestión de activos físicos, según ISO 55001, considera que estos activos deben tener unos objetivos que deben estar completamente alienados con los objetivos de la organización; y debe extenderse a todo el ciclo de vida del activo físico.

 El ciclo de vida incluye el CAPEX, entendido como los costes de diseño, adquisición, instalación y puesta en marcha; OPEX, que abarca los costes de operación, mantenimiento y riesgo; y de renovación, desmontaje y eliminación.

 La gestión de activos físicos aumenta el valor que este genera mediante la mejora de la Eficacia Global de los Equipos - OEE (Overall Equipment Effectiveness), que es un indicador que combina la disponibilidad del equipo, su rendimiento y la calidad de los productos o servicios producidos. 

OEE = Disponibilidad * Rendimiento * Calidad

 Además, aumenta el valor intrínseco del activo físico optimizando su ciclo de vida y controlando su obsolescencia.

 El análisis y evaluación de la gestión de los activos físicos de una empresa resulta fundamental para los inversores Value ya que esta gestión incide directamente tanto en su capacidad de generación de valor como en su valor intrínseco a lo largo de todo su ciclo de vida.