El presente artículo ha sido escrito por Javier Aseguinolaza, CEng, Director de ATECMASID, S.L.
La laminación en caliente de
productos largos de acero se ha estabilizado como sector, a partir del año
2015, desde la crisis entorno a 2011 y especialmente en España desde 2008, en
términos de producción. De nuevo las fábricas y empresas crecen, en general,
manteniendo su competitividad. Sin embargo, es también clave mantener un cierto
crecimiento tecnológico, aspecto que en muchas ocasiones es desconocido desde
fuera del sector.
En perfiles, hace 10 años las
calidades de acero S 355 J0-J2, tenían un consumo limitado generalmente a
perfil grande o pesado, y las S 420 y S 460 apenas se consumían, sólo bajo
especificaciones especiales e incluso sólo en el mercado de construcciones
singulares. En barra ocurría algo similar, pero bajo especificaciones propias, y
diferenciando el destino en la construcción respecto de otros sectores como
automóvil o industria de cierta tecnología. En perfiles especiales con destino
a construcción naval, automóvil y otras aplicaciones particulares, así como en
carril, la evolución se ha producido de forma más acentuada hacia el suministro
de calidades especiales, de mayores prestaciones, y también con mejor acabado.
En esta evolución ha sido
asimismo clave el avance tecnológico, la adopción o modificación de ciertos
aspectos de proceso y material (acero), que establecen diferencias relevantes
entre quienes son capaces de ofrecer productos de altas prestaciones y por
ello, de mayor valor añadido y precio, y aquellos que quedan como seguidores en
términos de liderazgo, pero actualmente también en términos tecnológicos. Esta
diferenciación puede estar originada por decisiones estratégicas, pero sin
duda, generalmente está influenciada por la capacidad de cada fábrica a futuro,
esto es, por la valoración de la capacidad que pudiera tener una instalación
determinada de producir mejores productos en el futuro de medio plazo, que en
siderurgia pueden ser 5 años.
La base
tecnológica, de cualquier ámbito o sector, se fragua en actividades de I+D+i
que se llevan a cabo entre centros de investigación y las instalaciones
industriales de fundición, acería y laminación. Estas bases terminan definiendo
cómo son y serán los productos, procesos y las instalaciones, y son a lo que se
enfrentan los gestores, empleados y trabajadores de cualquier empresa
siderúrgica, desde un comercial hasta quien vigila el amperímetro en la
fundición.
El
sector evoluciona constantemente, tanto a nivel de composiciones y calidades de
acero como a nivel de diseño de equipos e ingeniería de instalaciones y
procesos de fabricación a nivel de conformado, así como a nivel de eficiencia y
productividad. Además del mercado, es clave mantenerse al día en los tres
términos citados y donde las novedades son constantes.
El
personal, en general y de diferente nivel funcional y jerárquico, necesita
formarse y conocer estos aspectos, tanto en función de su entorno de trabajo
específico, como respecto de la actividad de su empresa en el sector. Esta
necesidad del personal deriva de la propia necesidad de la empresa de que su
personal entienda el negocio y la influencia en las ventas, que toda persona,
actividad y proceso tiene en el negocio de la siderurgia. Hoy en día, todo
aspecto de productividad y de calidad tiene, o puede tener en determinadas
circunstancias, una influencia relevante en el éxito de estas fábricas.
Esta
realidad es la que me llevó hace ahora algo más de tres años, a planificar y
desarrollar un “curso de laminación en caliente de productos largos”, del que
sólo he recibido grandes satisfacciones, y en el que se expone nuestra propia
visión de mercado, la base metalúrgica del producto y la constante evolución en
las calidades de acero, el diseño del proceso de conformado del acero en
caliente, y los procesos finales junto a las claves de eficiencia y
productividad. Este año el curso es el 14 y 15 de marzo en Madrid, https://www.atecid.com/es/article/curso-de-laminacion-2019.
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