Durante los últimos meses se está sufriendo en Europa una profunda crisis del sector lácteo debido a los bajos precios de venta, por debajo de los costes de producción.
De acuerdo a la Comisión Europea, esta crisis viene motivada por el veto comercial impuesto por Rusia a los productos agrícolas y ganaderos de la Unión Europea, al que se suma una caída de la demanda de productos lácteos en la República Popular China y, en menor medida, de otros países emergentes, y un ligero aumento de la producción mundial destacando la de Australia (2.5 %), EEUU (1.6 %), Nueva Zelanda, primer productor mundial, (0.9 %) y la propia Unión Europea (0.8 %).
En resumen, se produce una caída temporal de la demanda junto con un ligero aumento de la producción.
La consecuencia práctica es que el precio del litro de leche está entre un 15 % y un 35 % (depende del país de la UE) por debajo del precio que ofrece rentabilidad a los productores.
¿Qué soluciones se pueden tomar?
Tanto las asociaciones de productores de lácteos como los gobiernos de la Unión Europea proponen varias medidas, como son:
- La fijación de precios mínimos de los productos lácteos.
- La re-introducción de cuotas que reduzcan la producción.
- Las ayudas económicas que compensen la pérdida de rentabilidad.
- Fomentar la innovación con nuevos productos lácteos que absorban el exceso de producción.
- La creación de nuevas cooperativas o asociaciones que permitan aplicar economías de escala.
La innovación y el desarrollo de nuevos productos siempre son buenas soluciones, que se deben llevar a cabo en todo momento, pero dado su alto riesgo y el elevado coste y tiempo de implantación de nuevos productos no parece el más adecuado para obtener soluciones rápidas a corto plazo.
Tanto el asociacionismo como el cooperativismo reducirá seguramente costes y aumentará la eficiencia, pero supondrán una inmediata reducción de mano de obra al eliminar duplicidades.
Respecto a la fijación de precios, introducción de cuotas e implantación de ayudas, no supondrán una mejora de la competitividad por lo que los productores se verán dependientes de estas ayudas y perderán cuota de mercado respecto a otros productores.
Una solución de ingeniería.
Si definimos la productividad como la relación entre los productos obtenidos (en este caso volumen de leche) y los recursos necesarios para su producción.
Productividad = Producción / Recursos
Analicemos cada uno de los términos.
Producción: Se puede calcular como el producto entre la Capacidad de producción, la Disponibilidad de los medios de producción, la Eficiencia de estos medios, y la Calidad o porcentaje de productos producidos válidos.
De acuerdo a la metodología Lean Manufacturing, el producto de Disponibilidad, Eficiencia y Calidad se define como la Eficiencia Global de los Equipos (OEE), de manera que:
Producción = Capacidad * OEE
Recursos: Podemos calcularla como la suma entre los Recursos Humanos y los Recursos Materiales, y estos últimos como la suma de Costes de Adquisición, Operación, Mantenimiento y Eliminación de estos Recursos.
Recursos = Recursos Humanos + Costes de Adquisición + Costes de Operación + Costes de Mantenimiento + Costes de Eliminación
Por lo tanto, es posible mejorar la productividad aumentando el OEE y reduciendo los Costes de Adquisición, Operación, Mantenimiento y Eliminación; sin necesidad de aumentar Capacidad y, lo más importante, sin reducir los Recursos Humanos.
La implantación de políticas Lean, como son la identificación de la cadena de valor y la implantación de un sistema "pull" que elimine ineficiencias, aumente la disponibilidad mediante sistemas "Kanban" y elimine errores mediante "Poka Yoke" permite aumentar de forma rápida la producción real sin necesidad de realizar grandes inversiones en capital.
Por su parte, la implantación de un plan de Gestión de Activos Físicos (Physical Asset Management) permite optimizar los costes de los Recursos Materiales mediante la implantación de medidas específicas, como pueden ser programas de Aseguramiento de Fiabilidad y programas de Mantenimiento Centrado en Fiabilidad (RCM), para cada uno de los costes, teniendo en cuenta los riesgos que suponen su implantación.
Una solución sostenible.
La implantación conjunta de políticas Lean y de Gestión de Activos dan como resultado un rápida aumento de la productividad, sin realizar grandes inversiones, sin reducir la fuerza laboral y controlando los riesgos.
Proporcionan una solución sostenible en el tiempo ya que se centran en una reducción de los costes, por lo que se aumenta la competitividad, a la vez que aumenta la producción, pudiendo aumentar la cuota de mercado y la rentabilidad del negocio, a la vez que liberan recursos que se pueden dedicar a la investigación, el desarrollo y la innovación.
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